lunes, 6 de junio de 2016

Introducción al Dieselpunk Napoleónico





Alas, Fuego en el Cielo JdR explora la alternativa histórica en la que Napoleón retomó el uso de globos en el campo de batalla después de su coronación en 1804. En esta versión de la historia todo marcha bien con el globo conmemorativo con forma estrambótica que había encargado para la ocasión y, a pesar de la complejidad del proyecto, es un éxito rotundo y memorable como tanto ansiaban los entusiastas de la aeronavegación.

En la batalla de Liepzieg, donde todos los ejércitos en pugna se habían reunido, un globo de reconocimiento del cuerpo de aérostiers avista a la partida de exploración que arriesgadamente habían guiado para reconocer el terreno, el Zar de Rusia y el Rey de Prusia, junto a oficiales importantes de ambos ejércitos, incluido el hermano del Zar. Con las indicaciones de los vigías, una partida de caballería los alcanza, los rodea y los captura antes de que puedan mandar por ayuda. Con esta ventaja, Napoleón ataca lo antes posible, separando a las tropas inglesas y demás naciones aliadas, de los prusianos y los rusos que estaban virtualmente paralizados por la falta de comandantes. Los ingleses al verse perdidos huyen. Rusos y Prusianos son hechos prisioneros en grandes números, mientras que el resto abandona el campo de batalla a la carrera.

Las consecuencias son enormes, la reputación de invencibilidad de Napoleón se agiganta, poco tiempo después los gobernantes son devueltos a sus tierras no sin antes conseguir un tratado de paz muy favorable a la República. Inglaterra se aferra a su control de los mares pero Francia, con ayuda de otras naciones notablemente España, Dinamarca y Suecia constituye una flota poderosa para asegurar el bloqueo continental contra Inglaterra y atraerlos a una batalla decisiva que ocurre finalmente sobre el Canal de la Mancha. La armada continental utiliza globos para el reconocimiento y también en una nueva función de bombardeo de los barcos enemigos y esto con gran éxito. La armada inglesa es desmembrada. El comercio inglés se ve interrumpido. Inglaterra negocia desesperadamente para conservar sus colonias ahora aisladas de la metrópoli. El aparato administrativo napoleónico desembarca al poco tiempo en Inglaterra después de firmarse un tratado de paz que culmina con las hostilidades pero que cambia la naturaleza del gobierno inglés para siempre. La economía de producción masiva inglesa con el tiempo colapsa, y con él las familias burguesas más importantes que dirigían hasta entonces el país, mientras el modelo de gobierno republicano y monárquico se expande a casi todo el mundo.

Napoleón gobierna un imperio con influencia mundial pero tan solo durante 10 años, pues fallece por una enfermedad respiratoria mal cuidada. Lo sigue su hijo, coronado Napoleón II que mantiene las políticas de su padre. Su estabilidad depende en gran parte del apoyo de los diversos reyes europeos que habían pactado con Napoleón después de la guerra.

A su muerte, 30 años después, el imperio colapsa y se divide ante el vacío de dirección política. En busca de los recursos para sostener las flotas de dirigibles y otras riquezas se desencadenan diversas guerras como llamaradas súbitas aquí y allá. La iglesia romana tiene un gran peso a la hora de negociar la paz en estos casos y cobra una influencia creciente. Mientras un grupo de los antigüos revolucionarios perciben que las promesas de la revolución francesa han sido ahora abandonadas por completo por los gobiernos eminentes de Europa y por lo tanto conspiran en las sombras para derrocarlos.

La iglesia romana que cuenta con lared de comunicaciones más amplia de europa es la que sirve a los reyes para descubrir y reprimir a estos elementos y detener lo que parecía un cambio radical inminente de la sociedad. Las revueltas son sofocadas sanguinariamente y la sociedad se ve poco menos que paralizada. Sin embargo en el trámite la iglesia ha adquirido una importancia y un peso sin precedentes.

Los reyes se unen nuevamente para controlar esta nueva amenaza y sorpresivamente capturan a obispos y cardenales a lo largo del mundo acusándolos de conspiración, apropiándose se bienes de la iglesia y confiscando la red de telégrafos ópticos y dirigibles que ésta tenía. Imponen a continuación una profunda reforma a la religión por lo cual el rey tiene amplias atribuciones para controlar a la iglesia.

En la siguiente etapa cada reino se vuelve sobre sí mismo para tratar de resolver sus problemas internos. Por obra de la herencia, los reinos se dividen, apoyándose cada noble terrateniente para su poderío en alguna producción particular sea minera, agrícola o industrial/artesanal. Todo lo que la república había establecido como estatal pasa a la esfera del noble local: educación, ciencia, administración, religión etc... La administración por lo tanto pasa a ser una institución señorial -es decir feudal- asegurada muchas veces por la constitución misma y esto se considera moderno ya que en la concepción común, consigue restablecer el orden y la predictibilidad de la sociedad. Muy pocos países mantienen la unidad, y las formas republicanas y por su independencia muchas veces pagan el costo, ya que son nobles los que regulan y administran las rutas comerciales en especial las aéreas donde se intercambian la mayoría de las riquezas del mundo. El concepto de nación ya no se ligará al de Estado. Son los reyes más grandes, con el resto de recursos que les quedan los que explotan estas vías que se extienden gradualmente a todo el mundo y desarrollan cada vez más los recursos aeronáuticos para estos fines.

Con el tiempo diversos tipos de dirigibles se van estableciendo para el comercio y la guerra. Se elevan gracias al aire caliente, hidrógeno o helio pero siempre son capaces de llevar un carga considerable, por ello cuando aparece el avión cobra una importancia tan grande como arma. Las cargas aéreas son asoladas por piratas del aire que hacen ataques oportunistas siempre que pueden y se aprovechan de las fronteras cerradas y cercanas entre sí para ocultarse y ocultar su botín. No pocas veces estos bandidos se ponen al servicio de una dinastía o un noble particular a la manera de corsarios haciendo la guerra a señores rivales.

Los señores entonces montan sus propios aviones y escoltados por “escuderos del aire” se baten para defender sus territorios y sus bienes.

En decenios subsiguientes esta necesidad se va transformando en virtud. Los nobles entablan duelos aéreos para arreglar cuestiones de honor. El reino de Francia, todavía una organización política poderosa promueve un torneo mundial donde compiten los mejores pilotos mostrando su valía. Estos combates se vuelven espectáculos que todo el mundo quiere presenciar y con el comentario general de todos los estratos sociales, además de demostrar la preparación técnica y militar de los diversos condados.

El pueblo llano se arregla lo mejor que puede, intentando ganarse la vida como mejor sabe, soñando con ascender a una posición mejor como artesano, funcionario, religioso, soldado o comerciantes. Conformándose sino con ser siervo de un señor o bien rebelándose actuando fuera de la ley. De este último caso se desprenden los famosos contrabandistas y los aún más célebres piratas del aire, oficios que prometen una gloria y riqueza rápidas a cambio de un riesgo constante.

Una notable alternativa han encontrado los pueblos cercanos a la costa de mares y ríos calmos en la pesca. El pescador suele ser un refugio para toda clase de personas en busca de una vida libre de ataduras aunque es una de las formas más arduas de ganarse la vida pero hay otras alternativas similares como la vida en las tierras comunales o comunidades autónomas.

Por su parte, los propietarios y comerciantes de las ciudades, es decir los burgueses, sueñan con escalar a la cima de la sociedad, adquiriendo el status de noble que les permitirá el acceso al mundo en toda su amplitud. Sin embargo, el dinero sólo difícilmente les asegure esa posibilidad en este nuevo régimen, pues la fuerza de la nobleza reside justamente en la exclusividad de sus recursos, la que como se desprende, defienden con todos los amplios medios con los que cuentan. Los intereses burgueses son atendidos en las repúblicas que rechazan pertenecer al sistema de dinastías que gobierna el comercio y la diplomacia mundial, intercambiando cierta independencia por una acuciante pobreza.

El alcance filosófico de la ciencia ha hecho que los computadores mecánicos, analógicos y digitales, alcancen un considerable avance en la actualidad (1920). Originalmente necesarios para la navegación a ciegas de los dirigibles. luego han encontrado otras utilidades impulsados por la demanda de novedades de la nobleza. Por una parte unas comunicaciones mundiales gradualmente más completas y rápidas -la red de telégrafos ópticos- y también la producción de mecanismos que imiten la vida humana, los robotz o también conocidos como automotores (por su capacidad de moverse con independencia). Incluso algunos académicos sostienen que es posible lograr dotar a un automotor de libre albedrío y criterio propio, algo que los religiosos advierten como peligroso. La fabricación de estas piezas avanzadas de mecánica no están sin embargo al alcance de mucha gente y leyes de derechos nobiliarios hacen incluso que esté prohibido fuera de ciertas familias privilegiadas como tantos derechos que están ligados al estatus social.

El tema de los privilegios de status ha sido siempre combustible para la inquietud social, la protesta y los movimientos sociales. Si bien el común de la gente tolera las diferencias justificándolas en al necesidad de orden, recientes intentos revolucionarios han tenido un impacto considerable y de proyección incalculable. El Imperio ruso ha caído y ha sido reemplazado por una miríada de sociedades civiles autogestionadas que se coordinan de manera federal y constituyen la Federación Republicana Soviética (FRS). Una organización que a pesar de muchas dificultades ha persistido a lo largo de los últimos 15 años.

Por el contrario los intentos similares ocurridos en Colombia y México notablemente han fracazado y estos reinos han mantenido sus formas de repúblicas monárquicas.

Algunos pocos países han logrado continuar con gobiernos civiles y elecciones políticas generalizadas. Sin embargo estos países son muy dependientes del comercio internacional y sin los privilegios de las dinastías del comercio, suelen sufrir crisis económicas frecuentes. Sus más notables exponentes son Haití, India, Chile y la Unión Americana.

Toda esta movilización ha resultado sin embargo en algunos cambios importantes. Notablemente, la prohibición tradicional de poseer o fabricar naves aéreas para los plebeyos ha sido levantada recientemente en una gran parte de los territorios de Europa, si bien muchas veces es un derecho solamente nominal, más cuando el aprovechamiento de estos medios necesita de recursos materiales muy importantes pero más aún, del acceso a los círculos sociales asociados a la aerostática -o aviación- y de la autorización para recorrer las vías aéreas.

Por si fueran pocos los motivos para la agitación social, el uso generalizado del petróleo para los motores aéreos y de todo tipo ha transformado a los territorios con pozos petrolíferos en nuevas potencias con enormes recursos que compiten como nunca con las viejas dinastías desestabilizando el tablero general de poderes. Rumania en particular cuenta con el beneficio de estas explotaciones y también de estar cerca de territorios centrales importantes como de recursos técnicos provenientes de los reinos de Westfalia y Saxonia, famosos por sus ingenieros aeronáuticos y que facilitan los recursos técnicos para desafiar a las potencias existentes. Mientras que en otros países productores, notablemente México y Arabia el desorden político es casi constante, los barones de Venezuela han comenzado una campaña de armamento con el dinero del petróleo que preocupa a todos sus vecinos. Se han ensayado algunas alternativas al petróleo, pero su uso todavía es excepcional y es difícil estimar su desarrollo futuro.

En resumen, el mundo de Alas es un universo sin época Victoriana, pero con Era Napoleónica, sin revolución industrial mundial, pero con revolución feudal, sin nacionalismo pero con una mística universal, sin mercado de consumo pero con una técnica informática que trasciende las barreras. Un mundo desconocido y a la vez familiar.